El competitivo mundo del vino siempre estuvo primordialmente dominado por hombres. Aunque si bien, en la Mesopotamia antigua la venta y el servicio del vino estuvo en manos de las mujeres, y posteriormente, Madame Barbe-Nicole Ponsardin Veuve de Clicquot tuvo un impacto enorme en el desarrollo del Champagne, no son sólo más que excepciones a la regla. La influencia de la mujer en este sector empezó a ser más evidente y palpable hacia finales del siglo XX. Es durante las décadas de los 80s y 90s que se inicia una paulatina pero constante revolución de género, lo que nos ha permitido constatar que hay cada vez más enólogas, sommelieres y Máster of Wine en este mundo. Muchas de ellas, pioneras, empresarias, emprendedoras y, además, merecedoras de elogios a nivel mundial.
Queremos desde esta tribuna, no sólo celebrar, que sería sólo un acto puramente momentáneo, sino reconocer, la destacada labor que desempeñan las mujeres en el entorno del vino. Para eso, hemos elegido reseñar a un par de renombradas figuras que han sabido ganarse un lugar propio:
Conozcamos a Susana Balbo
Difícil reto el condensar la nutrida, extensa y exitosa carrera de Susana. Fue la primera enóloga mendocina de la Argentina. Recién graduada en 1981 de la Universidad de Don Bosco con el título de Enología, se fue a trabajar a la bodega Michel Torino, en Salta. Asumió el reto de mejorar y potenciar los vinos de la uva Torrontés. Hasta ese entonces, eran vinos rústicos, de notas marcadamente herbáceas y con post gusto enfáticamente amargo. Cuenta ella, que para llamar a casa en ese entonces, tenía que viajar a la ciudad de Salta y hacer uso de la única cabina telefónica que existía. Su labor con la Torrontés fue tan destacada que se le llegó a conocer con el sobrenombre de la “reina del Torrontés”. Al regresar a Mendoza, pasa por la bodegas Martins y Catena Zapata. De esta última, fue la persona que diseño y dirigió el proyecto de construcción de la nueva bodega y adicionalmente, fue su Directora de Exportaciones. Con toda esta experiencia ganada, funda en 1999, en la zona de Agrelo, Mendoza, su propia bodega, Dominio del Plata. De ahí en adelante es una historia de trabajo arduo y éxito profesional. Sus línea de vinos son: Críos, BenMarco, Susana Balbo Signature y Nosotros. Podemos decir con absoluta sinceridad que cualquiera de sus vinos son “exceptional value”.
Conozcamos a Luz María Marín
Otra pionera sudamericana, agrónoma y enóloga chilena, graduada en la Universidad de Chile. Fue la primera enóloga de una bodega chilena. Fundó su emprendimiento Viña Casa Marín en el año 2000 y, puso su alma, conocimientos y esfuerzo para desarrollar los mejores vinos de clima frío de Chile, sobre todo, vinos blancos. Para eso, optó por la zona de Lo Abarca, en el pequeño valle de San Antonio, región de Aconcagua. Un terroir norteño, único para el cultivo de uvas Sauvignon Blanc, Chardonnay, Pinot Noir, Riesling y Gewürztraminer. Damos testimonio de haber probado el vino de Sauvignon Blanc: profundo, potente, amplio, de acidez y mineralidad incomparables, además de una bien pulida paleta aromática: cítricos, melocotón blanquillo, aguaymanto, notas herbáceas y toques salinos. Sus líneas son: Cartagena, Casa Marín, Casa Marín Íconos y Viñedos Lo Abarca. Si bien el precio de sus entregas está sobre el promedio, no podemos dejar de mencionar, que “lo bueno, cuesta”. Y sus vinos, no sólo valen, sino que también entregan en disfrute y satisfacción, más de lo que se pagó por ellos.
¿Quieren saber quién fue la primera enóloga a nivel mundial? Pues fue otra sudamericana. La argentina y sanjuanina Nelly Brond de Taja. Con sus 91 años, ya hace tiempo retirada de la actividad de campo de su profesión, se declara fanática y admiradora del Syrah de San Juan. Y no es para menos, el valle de Pedernal es uno de las mejores lugares para producir Syrah de la Argentina.
Dicen que “para muestra un botón”, así que en su próxima visita a su tienda de vinos favorita, busquen algún vino de estas afamadas enólogas.